09. Organos receptores. Los organos de los sentidos
9.1.4. El ojo y la vision
El sentido de la vista
El sentido de la vista es, probablemente, el más importante de los que tenemos, ya que nos aporta la mayor parte de la información que recibimos. Nos permite reconocer el color, forma, tamaño y distancia a la que se encuentra un objeto.
Si te vendas los ojos, te darás cuenta de lo difícil que es comprender lo que sucede en tu entorno. Las personas ciegas, han tenido que desarrollar otros sentidos, como el oído o el tacto, para poder adaptarse a su entorno.
Los receptores de la vista se encuentran en un órgano muy complejo, el ojo, constituido por el globo ocular y unos órganos accesorios, como músculos, que le dan gran movilidad, y glándulas que lo lubrican y protegen.
La función del ojo consiste en transformar la energía luminosa que le llega en señales eléctricas que son transmitidas al cerebro a través del nervio óptico.
Anatomía del ojo
El globo ocular es muy frágil, por lo que está protegido por una cavidad del cráneo llamada órbita, y por una serie de órganos accesorios como son:
Las cejas, pelos que cubren las prominencias situadas sobre los ojos, que desvían el sudor evitando que entre en los ojos.
Los párpados son repliegues de la piel que cubren la parte delantera del ojo, reparten las lágrimas e impiden la entrada de objetos extraños y la desecación.
Las pestañas son pelos situados en el borde del párpado. Filtran la luz haciendo que llegue más difusa.
Las glándulas lacrimales son estructuras que segregan lágrimas que impiden la desecación del ojo. Las lágrimas contienen lisozima, que es una sustancia con propiedades bactericida.
Los músculos oculares permiten mover el ojo en distintas direcciones para poder dirigir la vista hacia cualquier objeto que se quiera mirar.
El ojo está formado por distintas partes, cada una con una función determinada. Las principales partes del ojo son:
El iris está situado detrás de la córnea, es un músculo que puede ser de varios colores (marrón, azul, verde,…) y regula el paso de la luz a través de un orificio central, la pupila.
Cristalino: estructura pequeña, transparente y elástica, con forma de lente que permite enfocar los objetos sobre la retina.
Retina: capa de células que recubre la parte interna posterior del globo ocular. Capta los estímulos luminosos y transmite la información al nervio óptico. Está formada por dos tipos de células fotorreceptoras:
Conos: son los responsables de la visión diurna, de la agudeza visual y de la visión en colores.
Bastones: no necesitan mucha intensidad de luz para excitarse, pero no diferencian los colores.
Nervio óptico: formado por prolongaciones de células nerviosas que transmiten la información desde las células captan la luz hacia el cerebro.
La luz entra en el ojo por la pupila, atraviesa la córnea y el cristalino (una lente que se ajusta según la distancia para permitirnos enfocar correctamente), y enfoca la imagen sobre la retina, donde las células fotorreceptoras (conos y bastones) captan la luz y transmiten el impulso nervioso a través del nervio óptico hacia el cerebro.